AL SON DEL FLAMENCO
Me dejo seducir por su mirar.
Su profundo oscuro verde mirar
late en mi sien, se pega a mi piel.
El azabache de mis cabellos
hacen de imán a su curiosidad
y en una provocación de mi sonrisa
intenta llegar a mí, con esfuerzo
se encamina, se abre paso, lo miro
sonrío ampliamente y a la pista
salgo sola, rebeldemente sola
empiezo a zapatear este flamenco;
mi cuerpo se entrega a la música
mis brazos se alzan en movimiento
me evado en los sones de la guitarra
y sueño en el sostenido de una nota,
dejo de estar acá, mi otro yo vuela
y de arriba observa la escena.
Todos me miran, solamente yo
en el centro de la pista, bailando.
mis ojos están cerrados, más sé
que ahí está, extasiado sin dejar
de mirarme, deseándome, siento
que me respira, me absorbe, estoy
en el centro de su ser devorándole
el pensamiento y sonrío, triunfante
no dejo de sonreír, ahora es mío
y mía es la exquisita venganza,
no me reconoció, no me recuerda,
ignora que soy esa que alguna vez
tanto le amo y por él la vida daba
cuando en silencio, sin adiós, partió.
Hoy, nuevamente frente a frente.
Abro mis ojos, se enfrenta con el pardo
de mi oscuro mirar y en un haz efímero
me encuentra, avanzo hacia el opuesto
alguien enlaza mi cintura, giro
le tiro un beso y de su asombrado mirar
sin decir adiós me esfumo...
desaparezco.
Alfonsina Pais
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Maryro
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ROSARIO - ARGENTINA
EL SABOR DE TU BAILAR
Torbellina melena acaparó mi atención,
luego una inquietante mirada, invitándome sin pudor,
ya sus labios carnosos alienaron mi pensar
deseándolos por mi cuerpo, besándome hasta quemar.
Hacia su encuentro fui, excitado en palpitar,
envuelto en mil pasiones, pero en un solo desear.
Macho brioso me sentí, seguro de mi ganar.
Pero...ella salió a bailar, con bravura y seducción
la pista acaparó y todo mi estupor
de ese cuerpo mojado, traspirado en su danzar
se ondulaban firmes curvas, segura en su exaltar.
Bailaba para mí, lo sentí en su expresar
su descaro, su indecencia, sus deseos de pecar
emanando aroma de mujer como volcán.
Pero en un instante, todo se desgranó
no lo entiendo, me ignoraste, la magia se apagó,
hasta el beso que tiraste, mi amor propio humilló
te esfumaste...desapareciste...
sin decirme ni un adiós !
Mónica Costa.
DERECHOS RESERVADOS
Rosario-Argentina.