ASUMIENDO
Cuanto tiempo pasó, no lo sé.
Más, muchas hojas arranqué
días, meses, sumé años…
Finalmente fríamente lo acepté
y el corazón se resignó a entender
de una vez y para siempre ese no;
ese no que viniendo de vos
mil y una vez negó… Y fue adiós.
Hoy, ya libre otra vez, dejo el luto,
termino con el duelo, no me duele
ni tú nombre, ni tu ausencia…
Ni siquiera tu recuerdo me molesta,
simplemente si llegas a mi memoria
una sonrisa esbozo, le puse final
a nuestra historia. Te casé, feliz estas
y yo acá, tan cerca y tan lejos…
No me veo a tu lado nunca más.
Y esta bien aceptar y comprender
que un adiós es un adiós, sin rencor
que el ayer no vuelve jamás
y que es imposible desandar lo vivido
aunque haya sido lo más querido.
Quizás esta vida, loca, impávida
nos cruce a la vuelta de la esquina
y no me asusta decirte “chau”
Alfonsina Pais