DICHA
Oscuridad en la calle, noche otoñal;
el viento juega con todo lo que a su paso hay,
mi propio rostro se refleja en el cristal,
el humo de mi cigarrillo me envuelve
mezclado con el aroma a rosas del sahumerio
que dejé sobre el mueble. Solo una tenue luz
y mucha calma, paz interior y este bienestar;
placer del alma, conciliación ganada… estoy.
Estoy como deseo estar y donde quiero estar,
nada más puedo pedir, la serenidad es beatitud
y esto de estarme bien conmigo hoy es virtud.
Los árboles se mecen, la luna escondida está.
No me perturban los recuerdos, ninguno...
ellos vienen y van, no los detengo… mientras
mi querido compañero, el tabaco, disfruto
como disfruto de los sones de la música
que Diblasio ejecuta, mis pensamientos danzan
al compás de cada uno de ellos, conmigo ando
por el camino de mi vida recorrida y siento
que es bueno reconciliarme con la que fui
pero ya no soy… Disfruto de este instante,
el presente me abraza y me hace bien…
Me dejo estar ahora en él, sin reclamos
ni agobios, ni pendientes… de alguna manera
hoy balanceamos y estamos mano a mano.
El mañana llegará con sorpresas… quizás…
nada se puede programar exactamente
porque la espontaneidad siempre sorprende
y es bueno dejarse sorprender por la vida,
y es muy bueno estarse así… sin agonías.
Alfonsina Pais
Abril/2008
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