EN EL MIRAR
“Nadie logra mentir, nadie logra ocultar nada
cuando mira directo a los ojos” P.. Coelho
Me miras a los ojos, fijamente
estas frente a mí aunque ausente
es tanto lo que te siento en mí
que a pesar de todo estas presente.
Me lees, te leo… las miradas hablan
y sin nada decir, todo lo dicen.
En el mundo del silencio dialogamos
con el juego de los ojos encontrados.
Se nos refleja el alma y el “te extraño”
es un grito mudo que escuchamos
repleto de ansias, con hambre de ganas.
Prácticamente no parpadeamos
estamos pendiente de este encuentro.
Encuentro mágico, regalo divino…
No sé… no sabes… nada nos importa
quizás por tanto pensarnos, quizás por...
por tanto quizás, hemos logrado el milagro
y aquí estamos, con los ojos bien abiertos,
delante del espejo, mirándonos directo
intentando descubrir el pensamiento
en espacio reducido a la imperceptible distancia
en el tiempo congelando a la mínima expresión.
Bien sabemos que no podemos tocarnos,
de hacerlo quedaríamos solos, aislados…
yo sin vos, vos sin mí… terriblemente solos.
Y es eso, exactamente eso, lo que no queremos.
Entonces la mirada es caricia, es beso, es palabra,
es abrazo, es calor, es aliento, es deseo,
es mirada enamorada indagando, consultando
lo que vos y yo, lo que yo y vos, lo que ambos
bien sabemos, bien sentimos, bien guardamos.
Disfrutando de este instante hasta el momento,
el oportuno tiempo de encontrarnos,
vos y yo, nosotros, frente a frente
con la mirada alta esperándonos.
Alfonsina Pais
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Abril/2008