Levantó la cabeza sin saber por qué y se encontró con sus ojos. Le sostuvo la mirada sabiéndose estudiada y lo estudió sin importarle, que quizás por esa actitud, la juzgara.
No sonrió, aunque gracias le causó su pensamiento, el seguía mirándola, aun así no encontraba descaro en el mirar. Se preguntó a quien ella le recordaba, pues eso, tan solo eso, traslucía su mirar.
A escasos metros los dos tan solo se miraban, inmóviles ambos. Ella luchaba entre volver a su lectura o seguir con este… ¿juego? de miradas. El la miraba y pensaba que bella estaba aun, a pesar del tiempo no había perdido esa actitud desafiante con la vida, la frescura de su mirar y mantenía esa sonrisa que solo dibujaban la comisura de sus labios aun sin sonreír. Se dio cuenta que no lo reconocía, de alguna manera eso lo entristecía. La sabía incomoda, más a el le incomodaba no ser recordado.
Cansada de mirarlo, levantó los hombros levemente, dando a entender que no le importaba y volvió a su libro.
Dolido por no ser reconocido, bajó levemente la mirada y se dispuso a continuar su camino.
Sintió alivio mientras retomaba la lectura, el corazón le latía normalmente, los fantasmas ya no la perturbaban.
Alfonsina Pais