NUEVAMENTE TARDE

No tenía idea que iba a decir, pero se presentaría igual, de alguna manera quería descubrir si era verdad lo que por ahí se comentaba.

Quizás solo fuera una información que llegó mal a sus oídos… pero sino… ¿qué haría?

Se vistió de la manera que le pareció más adecuada; camisa oscura, pantalón y campera de jean. No iba a perder más tiempo, demasiado ya no había pegado un ojo en toda la noche.

El pensamiento retumbaba en forma de eco en su cerebro. Cuánto tiempo pasó desde la última vez que la vio? Mentalmente calculaba de nuevo el tiempo. Solo un año y algunos meses más. ¡¡¡Tanto se demoró!!! Y no ha sido fácil, se dijo. Tuvo que hacer lo que en años no hizo, pero ahora, por primera vez estaba cumpliendo y si bien resultaba lento, lo realizaba sin pausa.

Ya estaba en camino. No podía continuar con esa duda. Si era verdad todo habría sido en vano. De pronto recordó la despedida. La frase final de ella. –Haz lo que gustes, pero hazlo por y para ti; ya no cuentes conmigo. Un vacío lo invadió. En aquel momento pensó que aun a ella le duraba el enojo, pero con el correr del tiempo se le pasaría, lo perdonaría. Y como de alguna forma bien sabía que ella tenía razón había comenzado con todos los cambios que le solicitara durante tanto tiempo. En realidad en ningún momento lo había hecho por él, solo lo hizo por ella. Comprendía que de no hacerlo ya no regresaría más a él.
 
Consultó el reloj y miró por donde andaba. Era tarde pero estaba casi llegando. Descendió del vehículo apresuradamente. Levantó la cabeza y lo que vio en la escalinata del edificio lo petrificó. Un nudo en la garganta. Un esfuerzo terrible se vio obligado hacer para que las lágrimas no asomaran. Nuevamente tarde había llegado a la vida de ella. Se la veía feliz saliendo del registro civil acompañada por quien seguro era ya su marido.

Alfonsina Pais

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